En esta década nuestro país ha gastado en promedio el 10% del PIB en los desastres sufridos y se tiene el temor que con el recrudecimiento de las condiciones climatológicas y la degradación de los ecosistemas la cantidad de recursos necesarios será mayor.
Un informe de las ONG presenta la preocupación con relación a la demanda de agua en los estados que fundan su economía en el turismo como Quintana Roo, Baja California Sur, Baja California, Chiapas, Tabasco, Campeche, Jalisco y Guerrero. La razón del incremento en las requerimientos del líquido es el crecimiento desordenado de la industria turística, que cada día construye nuevos hoteles, campos de glof, piscinas. Un ejemplo es la Península de Baja California que en 2007 poseía 43 campos de golf que en su clima desértico demandan la formidable cantidad de 10,000 litros de agua por campo al día.
Las actividades agropecuarias y su irresponsable sistema colaboran en gran medida con la destrucción del amiente, que les redituará en su contra, acentuando la crisis del campo.
En el mundo la agricultura contribuye con el 14% de los GEI (gases de efecto invernadero), debido a que el ganado y lo suelos emiten gran cantidad de gases. Indirectamente contribuyen con entre 17 y 20% por el uso de combustible fósil, pesticidas, agroquímicos y prácticas contaminantes.
Más del 80% de los terrenos agrícolas presentan erosión en algún grado, por las prácticas de monocultivo, deforestación y postoreo excesivo.
Como ves todo lo expuesto no es algo fácil de resolver, pero está en nuestras manos hacer algo, cualquier cosa, lo que sea!
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